Villaluenga del Rosario se
encuentra a los pies de la Sierra del Caillo dentro del Parque Natural de
Grazalema, hoy la ola de frío siberiano recorría toda Andalucía, precisamente
Grazalema tenía temperaturas bajo cero, el viento helado cortaba nuestra piel
al bajarnos del coche. Nos tocaba revisar unas de
las rutas que nuestra Asociación ofertará la próxima semana, Villaluenga del
Rosario – Puerto de los Alamillos.
Existe parte de una calzada y
un pequeño Puente Romano aún en el Camino de la Albarrada, el arroyo que fluye
del mismo nombre se pierde en la Sima de Villaluenga, no he podido encontrar
documentación de este tramo de calzada, por lógica supongo que sería unos de
los ramales que conectaría la Calzada Carteia (actual Carteya) con Astegis (actual
Écijas). Pisando aquellas piedras me sentí trasladada dos mil años atrás cuando todos los caminos conducían a Roma y aún la lengua romana se confundía con la ibérica.
Comenzamos la ruta en este
punto ascendiendo el Camino de la Albarradas que va a Las Mesas y Puerto de las
Viñas, por compacto de hormigón que pronto cambiaríamos a camino
de zahorra, a poco menos de dos kilómetro nos adentramos en un hermoso
alcornocal.
La ganadería porcina y
vacuna abunda por los lares, no sin observar también zonas de repoblación de
pequeños especímenes de alcornocales, confundiéndose a veces con encinas y
acebuches.
La pista nos conduce a la
parte norte de los Llanos del Republicano, el espacio abierto ponía antes nosotros
la magnifica mole kárstica de la Sierra de Libar, llegando al Cortijo de La
Gordilla decidimos atravesar campo a través buscando el Arroyo de los Álamos
dirección a la pequeña cabaña de piedra que se encuentra en la falda de la
sierra.
Desde aquí una estupenda
panorámica de el Reloj y el Simancón, las cotas más altas de la Sierra del
Endrinal.
El terreno blando del
canchal es un verdadero pedregal el sendero a veces se pierde, pero tomando los
puntos de referencias íbamos en la dirección correcta, el campo nos sorprendía,
salpicado de lirios que a duras penas soportaban la helada del día, o bien por el
exuberante manto amarillo de las aulagas
En Arroyo Álamos va seco,
después del breve descanso continuamos bordeando la ribera para alcanzar el Torcal de Cancha
Bermeja para rodear el Cerro Zumaque y Mojón Alto.
Anduvimos buscando el Dolmen
de Los Lajares, sin éxito alguno, después de dejar las ruinas de otro cortijo desistimos,
tomando el murete del Cortijo de Palagalana cuando unos ciervos no salió
al paso, rodeamos la cercas linderas y tras un par de portillas llegamos al Camino
de Campobuche.
La poca agua que el arroyo
llevaba presentaba su estado solido, completamente helado, poco después nos
tomamos el descanso del bocata, una buena roca nos cubría del viento frío que
soplaba en aquel momento.
Tras el descanso solo queda
seguir el camino cuesta arriba, minutos después cruzamos el puente del Arroyo de Campobuche
junto al llano donde esta el famoso Chaparro de las Ánimas, a pocos minutos el
Puerto de los Álamos.