Aprecia las pequeñas cosas,
en ellas está la verdadera Felicidad
Distancia: 10 kmtrs. aproximadamente
Dificultad: Media
Ruta circular
El punto de partida de esta ruta no podría ser más interesante. Se trata de un lugar de enterramiento de la Edad del Bronce y una de las necrópolis mejor conservadas de la provincia: La Necrópolis de los Algarbes.
En esta ocasión no teníamos prevista la visita a este yacimiento arqueológico, pero como sí lo hicimos hace 9 años, no está de más recordarlo:
Y continuamos recordando esta ruta con algunas imágenes de febrero de 2015, la Duna de Bolonia desde el punto geodésico,
La siguiente, parte del grupo desde el punto geodésico
Y como nota anecdótica, días antes de la visita cayó un fuerte aguacero que puso el camino intransitable. Así quedaron los zapatos y pantalones de muchos compañeros.
Desde aquí emprenderemos el camino hacia el poblado de Betijuelo donde llegaremos tras una subida entre eucaliptos que se mezclan con especies autóctonas como lentiscos, palmitos y coscojas.
El esfuerzo se verá recompensado con las extraordinarias vistas de la ensenada de Valdevaqueros, que descubriremos a nuestra espalda.
La ensenada de Valdevaqueros
Una vez alcanzado el poblado de Betijuelo, nos adentramos en el pinar de piñoneros que asciende hasta las zonas más altas de la Sierra de Betis, y que nos acompañará el resto del recorrido.
Al alcanzar el punto más alto de nuestra ruta, 331 metros, encontraremos junto al sendero un vértice geodésico. Se trata de una parada que no podemos dejar de hacer pues desde este alto disfrutaremos de unas impresionantes vistas panorámicas: la ensenada de Bolonia y el cabo de Gracia, a un lado, la ensenada de Valdevaqueros al otro, el Cerro de San Bartolomé atrás, el Estrecho de Gibraltar al frente.
No podía faltar la foto de grupo, justo debajo del punto más alto de nuestro recorrido
Tras reanudar la marcha, a medida que descendemos el suelo se hace más arenoso, apareciendo especies singulares como retamas, enebros, sabinas, que nos escoltarán hasta llegar al espectacular cauce del Arroyo del Puerco, donde la erosión provoca que los pinos se mantengan casi colgados de las paredes del profundo barranco.
El cauce del Arroyo del Puerco
Una pausa para comer y descansar
Después de un pequeño tramo de pista alcanzamos la casa forestal, donde pasados unos metros llegaremos al final de este interesante sendero.
La duna de Valdevaquero, ocupa la carretera, pero nos deja un pasillo para poder pasar.
Y tras llegar al autobús, una parada para tomar algo y luego dirección Rota.
La próxima ruta prevista será para el día 19 de Octubre, las Casas del Quejigal.