Tras las vacaciones de nuevo nos ponemos en
marcha, en esta ocasión hemos comenzado realizando una Ruta Cultural, una
estupenda mañana nos llevaba hasta La Rábida, tras realizar una parada en
carretera para desayunar llegamos al monasterio.
Esté está situado sobre una pequeña colina en
el esturión donde confluyen los río Tinto y Odiel, conocida desde la antigüedad
como Peña de Saturno, en Palos de la Frontera, Huelva.
La figura de Cristóbal Colón nos da la bienvenida, el Hermano Fracisco amablemente nos hace de guía enseñandonos el monasterio y relatandonos su historia desde los comienzos, el Monasterio de Santa María de la Rábida es de estilo gótico-mudéjar y sin duda ha sido
la figura más importante en los acontecimientos acaecidos durante el S. XV, el
descubrimiento de las Américas.
Este cobro importancia con la llegada de
Cristóbal Colón, el cual encontró refugio y atención por parte de los hermanos
franciscanos, cuando llegó por primera vez recibió hospedaje y apoyo tanto
científico como espiritual.
Los hermanos frailes Juan Pérez y Antonio de
Marchena fueron esenciales para sus intereses, a través de ellos consiguió
contactar con La Corona y con la marinería de la zona.
Fue el Capitán Martín Alonso Pinzón, quien
junto a Cristóbal Colón realizó el primer viaje al nuevo mundo, poniendo a su
disposición las carabelas La Niña y La Pinta, y él que más tarde descubrió
América.
Entre sus paredes se encuentran las raíces de
los pueblos hispánicos, como recuerdo de este hecho se guarda en las estancias
donde se alojó Colón, "El Poema del Descubrimiento" un mural
albergado en el refectorio, realizado por el artista Daniel Vázquez Díaz en el
S.XX.
La
Iglesia-Santuario es de dimensiones pequeñas y estructura compacta posee una
sola nave y un hermoso artesonado de influencia mudéjar que cubre la bóveda
primitiva. El ábside posee arcos apuntados. En las paredes conserva pinturas de
Juan de Dios realizadas en el S.XVIII que tratan temas de la vida de San
Francisco.
El altar lo preside un Cristo que sustituye
al destruido durante altercados en la guerra civil española, los azulejos
procede de la escuela sevillana, se conserva algunas pinturas murales
originarias al fresco, la más famosa la imagen en la Capilla de Nuestra Señora
de los Milagros, patrona de Palos de la Frontera, en 1993, se celebró el V
Centenario de la Evangelización del Continente Americano, Juan Pablo II coronó
personalmente la imagen.
Tras visitar el monasterio nos dirigimos al
Museo del Muelle de las Carabelas, la recreación histórica al detalle de la
sociedad, el ambiente y las circunstancias que dieron lugar al viaje de
Cristóbal Colón son los ejes de este complejo, Maria Bellerín, una de las guías del museo nos pone en situación dandonos una pequeña introdución.
Cristóbal Colón partió
del puerto de Palos el 3 de agosto de 1492, al mando de tres carabelas: La Pinta,
La Niña y la nao Santa María, meses más tarde, concretamente el 12 de octubre de
1492 esta expedición arribó a América.
Pero en realidad no
se trataba de tres carabelas, sino de dos carabelas y una nao, pues la Santa
María, propiedad de Juan de la Cosa, era una nao construida en Galicia y
conocida por La gallega antes de que Colón la rebautizara, su tripulación estaba formada por 40 marineros, imaginaros
amigos/as en este cascarón las vicisitudes que pasarían hasta llegar al El
Salvador.
¡Tierra a la vista!
La nao se perdió para
siempre el 24 de diciembre, cuando se encalló y se hundió a la altura del cabo
Haitien en La Española, hoy Haití, la tripulación quedó en tierra por órdenes
de Colón fundando el Fuerte Navidad,
primer asentamiento español en tierras americanas.
Más tarde visitamos
el Parque Botánico José Celestino Mutis, se trata de un espacio natural, vivo y
cambiante, que desde su inauguración muestra a los visitantes una creciente
colección de flora recogida de los cinco continentes.
Avanzado ya el mediodía dimos por terminada
la visita a La Rábida, ahora nos tocaba seguir hasta Moguer para almorzar y
visitar la Casa-Museo de Zenobia y Juan Ramón Jiménez.
Es un edificio del S.XVII, en los últimos años ha sido
restaurada en profundidad para recuperar todo el edificio de los importantes
problemas que tenía como consecuencia del paso del tiempo, en el 2004 fue declarada por la Junta de Andalucía BIC.
Juan Ramón Jiménez se trasladó a ella en 1883 a la edad de dos años, y donde vivió
hasta los veinte años, momento en el que murió su padre, buena parte de la producción literaria del “Andaluz Universal” se centra en este
ámbito familiar, según escribe el propio poeta:
"Es la que llenó de experiencia
que luego serían entes
y sombras de mi niñez y mi primera juventud."
El patio
central de la vivienda está cubierto con una montera de cristales de colores,
marca el eje central de la casa y a su alrededor se distribuyen las
habitaciones.
En la planta baja encontramos la biblioteca
particular que el poeta tenía en Madrid, compuesta por miles de volúmenes, la
hemeroteca con una importante colección de revistas literarias.
En la planta alta encontramos los objetos
personales del matrimonio Jiménez como ediciones de Platero y yo,
retratos y cuadros, el despacho de Juan Ramón y algunos manuscritos.
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