Olvera unos de los últimos pueblos de la
provincia de Cádiz, una blanca y apacible Villa entre cruces de camino, de raíces,
de gentes y culturas en las tierras altas andaluzas.
Enclavada entre peñascos Olvera fue plaza
fuerte en las guerras fronterizas y perteneció a los dominios señoriales de los
Duques de Osuna, su caserío se agrupa alrededor de la Iglesia de la Encarnación
y del vigilante Castillo nazarí, desde donde se otea una dilatada campiña de
olivares y dehesas.
Olvera rica en aceites y sachinas, un
sugestivo eslabón en la cadena de pueblos blancos de la Serranía Gaditana, todo
este hermoso relieve se ve atravesado por los ríos Guadalporcún y Salado que
desemboca en el Guadalete, principal vía fluvial de la provincia.
Subíamos al Barrio de la Villa por un
primitivo asentamiento olvereño hasta la peña rocosa del casco antiguo.
Olvera fue antaño recinto amurallado, entre
pequeñas casa blancas ordenadas en unas serie de estrechas de trazado irregular
observábamos las raíces musulmanas.
El Castillo árabe cuenta con un origen
incierto, debió ser construido en época musulmana o en siglos anteriores.
Formó parte del sistema defensivo del reino nazarí de Granada, enclavado sobre una peña en lo más alto del pueblo, presenta una planta irregular en forma de triángulo alargado que se adapta a la forma misma de la roca.
Su única puerta de acceso está protegida por
una barbacana y presenta señales de haber acogido un escudo, la fortaleza
consta, además, de Torre del Homenaje, lienzo de muralla con paso de ronda, dos
torreones, un recinto subterráneo y dos aljibes, uno de ellos ofrecía
suministro de agua a la propia torre.
La factura que hoy conocemos presenta
evidentes rasgos cristianos, producto de sucesivas remodelaciones que hubo de
sufrir el castillo desde su toma por las tropas castellanas, del castillo se
conservan parte de la cerca de murallas que rodeaba el barrio de la Villa.
Antaño este era el cementerio de los ricos,
justo en el centro de la Villa, los pobres eran enterrados a la falda de la peña.
Nos dispusimos a visitar el Sagrado Corazón
de Jesús.
Ubicado
sobre un peñasco rocoso junto a la Plaza de Andalucía, este enclave esta ajardinado
y urbanizado a base de caminos con escalera de piedras adaptada a las peculiaridades
del terreno, nos conduce en pendiente
ascendente a través de árboles y flores hasta un hermoso mirador donde se alza el
monumento.
Iglesia Arciprestal de Ntra. Sra. de la
Encarnación, construida sobre una antigua mezquita árabe, y sustituye a una primitiva iglesia gótica, cuyos restos se conservan en la
capilla bautismal.
Tras la visita
cultural a Olvera nos trasladamos al Santuario de llos Remedios haciendo la
pausa para almorzar.
Santuario
Ntra. Sra. de los Remedios, su origen se remonta al S. XVI, con una pequeña
Ermita en el “Lugar de los Pinos” a cuyo altar se
trasladó una imagen de la Virgen que se veneraba en la Iglesia
Parroquial.
Después del descanso del almuerzo nos
trasladamos a las Ruinas de Acinipo, con la sorpresa de que no pudimos visitarla,
ya que un cartel en la puerta nos indicaba que cerraba media hora antes del
horario de visita, una gran decepción, viajar tantos kilometro para que normas burocráticas
no dejen pasar un grupo por llegar cinco minutos tarde, el señor encargado de
cuidar el lugar se cuadro ante nosotros negándonos la entrada, bastante
desagradable la situación, a pesar de todo el grupo se resignó y nos marchamos
dirección Setenil de las Bodegas.
Nuestra guía Mª Ángeles no pudo desempeñar su
trabajo al completo ya que la Oficina de Turismo de Olvera que fue la empresa
contratada por nuestra Asociación no se cercioró con antelación de que los
monumentos a visitar en Setenil de las Bodegas estaban en vía de restauración,
otra gran decepción para el grupo, pues de nuevo hubo que buscar alternativas
en esta ocasión ver los exteriores de los monumentos y hacer compras navideñas, buena sachina y buenos jamones ibéricos.
Agradecer el trabajo desempeñado de ambas
guías, Toñi y Mª Ángeles, por su gran profesionalidad.