Durante toda la semana los participantes realmente estaban
escépticos en relación a si podíamos o no salir de ruta, no obstante la
positividad de las almas errantes nos vaticinaban que el sol brillaría
regalándonos un día estupendo.
Después del acostumbrado y exquisito desayuno nos dirigimos a
Benaocaz, un hermoso pueblo blanco de la serranía gaditana, dentro del Parque
Natural de Grazalema.
Tomando el Camino de las Huertas de Castril y de Fuente de la
Pileta llegamos al comienzo del sendero, junto al Camping de “Los Chozos”,
denominado así por la peculiaridad de sus cabañas.
El terreno estaba mojado así que extremábamos las precauciones
para evitar incidentes, caminábamos hacia el noroeste buscando las cimas de
Sierra Alta.
Tras las lluvias intensas de los días anteriores, la borrasca
iba pasando y nos permitía regalarnos una paleta de colores inolvidable, tras
la tormenta las árboles erguidos nos mostraba su desnudez sobre una bella
alfombra se hojarascas, que de vez en cuando era removida por el suave y frío
viento de la montaña.
Admirábamos los primeros verdes del otoño, notamos el despertar
de la naturaleza y olíamos a tierra mojada, nuestro sentidos se agudizaban
durante nuestro caminar, tomillo, orégano, menta …. y un sin fin de aromas que
despertaban nuestras glándulas olfativas.
Avanzábamos junto al lecho del Arroyo Pajarito, sus aguas han
modelado en las piedras calizas figuras curiosas, alcanzábamos el Mirador del
Ojo del Moro y poco después llegamos a la antigua calera, muy comunes por estas
sierras en épocas pasadas, hoy quedan prácticamente restos de estas peculiares
construcciones donde se fabricaban el carbón.
El hermoso Valle del Jaral se abría ante nosotros, ofreciéndonos
espectaculares vistas de la Sierra de la Silla. Pronto el sendero desaparecería
y atravesábamos el monte siguiendo las señales de los senderistas.
Hoy un pequeño compañero me ayudaba a buscar esas
señales, el ganado vacuno cuando menos va formando distintas veredas que hace
confundir al caminante, prácticamente seguir un sendero fiable es completamente
nulo en este valle, entre zarzas y
arbusto de monte bajo íbamos avanzando, así que disfrutando con mi amigo Pedro
en buscar los indicios del camino conseguimos llegar a las ruinas del antiguo
caserío.
Atravesamos el valle y localizando el abrevadero siguiendo las
lindes parcelarias hasta la cancela, un hermoso prado salpicado de centenarias
encinas, que podrían contarnos infinidades de historias, tras la verja seguimos
el pequeño barrizal hasta el Nacimiento del Río Hondón.
Un sitio mágico, donde brota el caudaloso Manantial del Hondón,
de aguas cristalinas, lugar idóneo para tomarnos el bocata.
Después de un breve descanso nos tocó cruzar el rio, algunas compañeras
nos descalzamos para ayudar a cruzar al
resto por un cordel de piedra hasta la otra orilla, otros prefirieron
escalar las enormes piedras para evitar no mojarse los pies, y otros siguieron
nuestra iniciativa quitándose los botas para sentir la propia naturaleza.
Bueno ahora nos tocaba caminar por el carril hasta el Puerto de
la Silla, donde nos recogería de nuevo el bus, no sin antes disfrutar de la
maravillosa panorámica del Salto del Cabrero.
Gracias a nuestro compañero Antonio Bedoya
por su estupendo reportaje fotográfico, es merecido decir que es todo un
profesional, y que a través de sus instantanea nos hacer vivir el momento
compartido, felicidades amigo senderista.
Un dia precioso!!!! la ruta muy bonita y el reportaje en dos palabras ¨ IM PRECIONANTE ¨ jaja....
ResponderEliminarCierto Carmen un día irrepetible, para repetirlo.
ResponderEliminarGracias a todos.
Que lástima todo lo que me estoy perdiendo, pero bueno me q.uedan las buenísimas fotos de Antonio y los comentarios de Tere. Nos vemos en la próxima....
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