La lluvia y el viento nos sorprendió
temprano cuando el grupo llegaba a la Sierra
del Pinar, hoy habíamos elegido el sendero de El Pinsapar, llovía en la comarca de Grazalema
y la niebla espesa cubría las montañas, una mañana gris destemplada y fría.
Pero pronto entraríamos en calor,
ascendíamos por una inclinada y zigzagueante pendiente rodeados de pinos y
encinas, un fino aguacero nos acompañaba
en la subida, la vegetación te ofrecía el resplandor de una atmosfera con
brillo, todo permanecía mojado, incluso los colores, caminábamos felices con la mirada puestas en
los escalones húmedos del sendero, vestido de rojo sangre, las chasca del pinar
cubría el suelo.
A poco andábamos en el Puerto de
las Cumbres, conocido como el Puerto del Viento, porque un fenómeno curioso se
produce al llegar allí, oíamos el susurro del agua, sin embargo era una
fantasía auditiva, era el viento del norte que nos engañaba soplando entre el
valle atravesando la cumbre.
Ese viento helador y la lluvia
nos hacia buscar refugio detrás de la vegetación mientras los últimos
compañeros terminaban de subir, y aunque la visión fuera nula y la espesa
niebla no nos permitirá observar la
belleza que nos rodeaba en aquel momento sentíamos la magia de El Pinsapar, y sin
duda nos estábamos perdiendo la estupenda panorámica que nos hubiese ofrecido
El Torreón o el San Cristóbal, las cotas más altas de esta sierra.
Continuamos por la ladera norte de
la montaña, la presencia de pequeños abetos andaluces nos advertía que estábamos
en la antesala de El Pinsapar, las aulagas se vestían de tonos amarillos y como
de un cuento se tratase entrabamos en un bosque encantado, esa sensación de que
de un momento a otro aparecería caperucita roja o el lobo.
Este bosque posee un valor
incalculable, existen ejemplares de más de quinientos años y de más de 30 m. de
altura dentro del Parque Natural de Grazalema, poseemos una reliquia que
sobrevivió a la glaciación de hace 15.000 años.
A poco ya sabíamos que estábamos a
la altura del San Cristóbal porque andábamos atravesando su canchal, denominado
así por la acumulación de piedras que baja la ladera en forma de ola, y el
bosque se volvía misterioso.
Por fin dejo de llover y
continuamos con la esperanza de que las nubes se disiparan, de vez en cuando observábamos
un trocito de cielo azul, disfrutábamos del entorno cuando vimos aparecer el
valle entre los pinsapos, toda una estampa para nuestras miradas, oteábamos
parte del Embalse de Zahara de la Sierra, la gran mole de El Lagarín y La
Granja, y en la lejania Olvera.
Esta imagen fue la recompensa de
los kilómetros andados sin visibilidad alguna, así que aprovechamos la ocasión
y decidimos hacer la parada del bocata, con un hermoso balcón a la sierra
disfrutamos del descanso.
Tras la pausa y a pocos metros
del Puerto del Pinar continuamos la marcha, salíamos de El Pinsapar dejando un
mundo mágico detrás, y ahora nos tocaba descender hasta Benamahoma desde los
Llanos del Viento.
Un pequeño paseo por un sendero
lleno de peonias, que nos dejo petrificados, un hermoso jardín escondido en la
sierra, los click de las cámaras no paraban de sonar, la belleza de la
primavera es cautivadora.
Cambiábamos de un bosque tipo
pirenaico a un paisaje de bosque mediterráneo, compuesto por encinas,
algarrobos y quejigos, y dejábamos el sendero para tomar una pista forestal que
nos conduciría al pueblo, unos 5 km. de bajada.
Con el cielo parcialmente
despejado la panorámica era espectacular, dejábamos la sierra y descendíamos disfrutando
del paisaje, aunque la borrasca aún se mantenía, poco después estábamos en la fuente, y a pocos minutos de
Benamahoma.
Una vez llegado al Camping Los
Linares y pasar el cementerio llegábamos al Manantial del Nacimiento, fuente
del Río Majaceite, principal atractivo turístico
de la zona.
Agradecer a los compañeros las fotos cedidas, nos vemos en la próxima.
El dia del pinsapar fue maravilloso, con su lluvia y niebla, otra forma de vivir la naturaleza, nos perdimos las vistas pero sentimos la sierra en su salsa.Un dia mágico.
ResponderEliminarEfectivamente Seve un día realmente fascinante y misterioso, gracias a vosotros por compartir dicha jornada.
ResponderEliminarNuestra tierra nunca dejará de sorprendernos con sus maravillosos paisajes. Realmente fu un día inccreible.
ResponderEliminarAsi es Conchi un día inolvidable, tenemos lugares en la Sierra de Grazalema que nos asombra y El Pinsapar es uno de ellos
EliminarHola a todos, efectivamente la magia nos invadió en esta ruta. Fué maravilloso caminar sintiendo el ruido del viento y la lluvia mojándonos la cara,la Naturaleza tiene muchas caras y en ese día vivimos uno de los que se quedan en la memoria. Hasta pronto amigos.
ResponderEliminarComo disfrutamos Carmen, rememorando de nuevo lo que sentimos en Plasencia, un abrazo amiga vuelve pronto.
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