10 de julio de 2010

Algar - Tajo del Águila

     El pasar un fin de semana en el Complejo del Tajo del Águila nos hacía dudar si había sido una buena elección, nunca habiamos ofertado actividades en la Sierra en la época estival, las altas temperatura que la región estaba soportando días atrás nos hacía sospechar que no disfrutaríamos al cien por cien de todo lo programado, sin embargo a pesar del calor, si que la propuesta tuvo exito.

     De Rota salimos sobre las 8:00 h. del sábado rumbo a Algar, poco después parábamos en la carretera que va de Jerez a Arcos de la Frontera para desayunar, en el Mesón Coruña, un cruceiro con la imagen de Santiago Apóstol nos da la bienvenida, Francisco el encargado del mesón nos tenía el comedor dispuesto, disfrutamos de un desayuno exquisito con pan de leña y café de cafetera antigua.


     Tras el breve descanso continuamos hasta Algar, la Villa está situada en un tranquilo lugar de la Sierra de Cádiz, junto al Embalse de Guadalcacín, entre la Sierra de las Cabras, de Aznar y de las Dehesilla.


     El autobús nos dejó en la recepción del Complejo el Tajo del Águila, las instalaciones se reparte en 42 hectáreas de finca cerrada localizadas en los límites del Parque Natural de los Alcornocales.


Las cuestas que tiene el complejo, vista desde el Tajo de Águila.

     Ya desde el comienzo sospechábamos que nuestra estancia estaría limitada, las cabañas estaban a 600 m. de Recepción, pero lo peor era la inclinación del terreno, las cuestas superaban a veces el 30 % de desnivel, una verdadera odisea para las personas con limitaciones, e incluso para las que no tienen limitaciones, siendo senderistas, soportar una temperatura de 35 º con calma chicha de levante es mortal.





     Una vez que el personal del complejo tuvo la amabilidad de bajarnos las maletas en coches particulares nosotros descendimos por una carretera en mal estado hasta las cabañas, el sol abrazaba ya sobre las 10:30 h. de la mañana, no vendría mal colocar un acceso peatonal escalonadamente hasta la zona de cabañas, con arboleda que de sombra.




     Otra sorpresa nos esperaba cuando nos instalamos, las cabañas por fuera se ven muy bonitas, pero las condiciones y el mantenimiento son pésimas, no están acondicionadas para poder pasar ni siquiera un día, nos reservamos el describir el habitáculo ya que seguramente llenaríamos una hoja entera de desperfecciones que encontramos.



     Bueno, en fin, pensamos, como solo será un día lo pasaremos lo mejor posible, pero si al Consejero Delegado de HACE Sr. Stefaan De Clerk, no se pone manos a la obra en arreglar y acondicionar la zona no creo que tenga mucho éxito en que la gente elija este lugar para sus vacaciones, yo no lo recomendaría y los 34 compañeros/as que me acompañaron seguro que tampoco.





     Sobre las 11:00 h. nos dispusimos a bajar al embarcadero para participar en las actividades programadas, otro trayecto de 600 m. recorrimos hasta el pantalán, si al dueño se le ocurriera contratar un jardinero que cuidara de sembrar césped, árboles y plantas, con un sistema de riego embellecería y refrescaría el lugar y los metros de bajada hasta el muelle o hasta recepción serían mucho más agradables.






     Algunos realizamos piragüismo y otros gozaron de un viaje en velero, disfrutamos como enanos en un lugar privilegiado, las incesantes lluvias caídas ha dejado un paisaje inusual en el Embalse de Guadalcacín, tanto el personal encargado de las actividades como el patrón del barco fueron encantadores con nosotros, desde el primer momento que llegamos al Complejo sentimos el cariño y el empeño que tiene estas buenas gentes hacia las personas que llegan.










     Tras las actividades volvimos a la zona de cabañas para luego irnos al comedor, disfrutamos de un estupendo almuerzo, todo estaba riquísimo, tanto la carne como el pescado estaba exquisito, solo sugeriremos que a ver si al Sr. De Clerck se le ocurre poner algunos ventiladores en el techo para que la temperatura fuera la ideal.



     Después del almuerzo algunos descansaron, otros disfrutaron de la mini piscina, que para acceder a ella había que subir unos 100 m. de cuesta y otros bajaron al embarcadero para montar en velero.





Balcón del Tajo del Aguila


 El Tempul en la Sierra de las Cabras


Mirador del Complejo


Isleta Rocosa


La Mesa


Puente El Picao - Sierra de los Alcornocales




Los Navazos

     Por la tarde noche bajamos al pueblo, desde las cabañas hasta recepción volvimos a subir la dichosa cuesta, gracias a las personas que trabajan en el Complejo algunos realizo el trayecto en coche, la verdad es que siempre están dispuestos a ayudar incondicionalmente, tras 1,6 km. llegamos a la Villa de Algar.

     Un bello y blanco pueblo al abrigo de la Sierra de las Cabras, merece mención especial su atractivo urbanístico, ya que tiene su origen en el modelo de los pueblos de colonización de la época de Carlos III.



Casa Consistorial


Iglesia de Santa María de Guadalupe


Plaza Típica

      Destacar de su patrimonio la Iglesia de Santa María de Guadalupe, de estilo neoclásico, que data de los S. XVIII y XIX, la Casa Consistorial, del S. XVIII y la antigua Posada, las tranquilas y apacibles calles del pueblo nos invitan a pasear por ellas comprobando el carácter hospitalario de sus gentes.



Plaza de Toros
Fundador Antonio Vega Bermejo


Calle Sol

     Tras nuestro paseo cenamos en la Calle Real, y la vuelta la hicimos en coche, éramos bastantes pero solo había un taxi en el pueblo, desde la plaza el taxista iba y venía al Complejo, tardamos una hora en volver a reunir al grupo, pero lo preferimos así, ya andábamos cansados de cuesta, como broche final y para terminar la noche disfrutamos del cante de nuestra queridísima Ángela.



La Presa (Foto cedida por Antonio Bedoya)



      Domingo por la mañana, amanecía con más fresquito el viento soplaba del sureste los que decidimos realizar senderismo nos reunimos a la 7:00 h. para bajar de nuevo la pista que iba al embarcadero, desviándonos luego para llegar al albergue, esté permanece abandonado, al igual que parte de las instalaciones del Complejo.




Cardo Azul o de la Magdalena - Eryngium Bourgatii Gouan

     La sensación de abandono es total, hace algunos años este complejo fue adquirido por la cadena de Hoteles Andaluces con Encanto HACE, con el objetivo de poner en valor este entorno natural, más lejos de la realidad, y espero que lo que hemos leido en Intenet no llegue a realizarse, dicen que se va a construir un hotel de lujo, no hace falta invertir tanto dinero para mantener el entorno, se debe restaurar o construir protegiendo el medio natural.


Centaura Menor - Centaurium Erythraea


Castañuelas - Pallenis Apinosa

      Después de pasar el Albergue comenzamos el sendero, la vegetación arbustiva se ha apoderado de él, pero vale la pena realizarlo ya que la panorámica es indescriptible, entre hiniesta, acebuches y cardos avanzábamos por un sendero inclinado.




Echinops Strigosus


Archicoria - Cichorium Intybus

     Poco después frente a nosotros contemplábamos el monumento rocoso conocido como el Tajo de Águila, este simula el ala de la rapaz, aparecía como una aguja , pero según avanzábamos rodeando el Cerro de los Navazos la silueta del ala era mucho más perceptible.



Tajo del Águila


     Una vez en la alambrada de las parcelas colindantes pasamos la angarilla, llegando al surco de una de las muchas correntías que se han producido este invierno con las lluvias caídas, el sendero está marcado con flechas de madera, pero llega un momento que ya no hay ninguna señal, y debes orientarte por intuición, claro esta, con un mapa en las manos.





     Tras pasar le zanja observamos una colonia de aloes, siguiendo el sendero entre estas enormes plantas llegamos a la marcación del zona de caza, desde aquí subíamos y bajábamos monte a través hasta llegar a la pista forestal, indicamos el lugar de salida como buenos senderistas y continuamos rodeando Los Navazos.





     La chicharras estaban en época de celos, el canto entonado por los machos para atraer a las hembras superaba a veces los 100 decibelios, este sonido es producido por un aparato estridulatorio situado en su abdomen.

     Unos metros adelante nos salimos de la pista tomando un carril arenoso, de nuevo ante nosotros el inmenso Embalse de Guadalcacín, ascendíamos disfrutando de la estupenda panorámica hasta el balcón del Tajo del Águila, desde donde observamos el Picacho y el Aljibe, las cotas más alta del Parque Natural de los Alcornocales, toda la Sierra de las Cabras y la Sierra de Dos Hermanas, regresamos por el camino ya andado.


La Presa


Sierra de las Dos Hermanas


Balcón del Tajo






Los que hicimos el sendero



Tomillo - Thymus Vulgaris


Cardo Borriquero - Onopordum Acanthium

     De nuevo en el Complejo pasamos a desayunar, en el comedor ya iban apareciendo el resto de compañeros que decidieron dormir la mañana. Tras el desayuno algunos decidieron disfrutar de la mini piscina, otros montaron a caballo y otros bajaron al pueblo, claro esta vez en taxi, y otros realizaron el sendero del mirador.



Mariposa de los Muros - Pararge Aegeria








La Isleta desde el Mirador

     El grupo se volvió a reunir en el almuerzo, la cocinera no había hecho una paella, y “menuda paella”, aplaudimos su trabajo “estaba riquísima”, después del almuerzo y ya en la terraza nuestra amiga Ángela volvió a sorprendernos con su cante, la sorpresa final fue que la cocinera se unió a nosotros tocando la guitarra, unos momentos para recordar, la improvisación a veces da buenos resultado.







     Tuvimos que cortar el festejo porque debíamos recoger para volver a Rota con el tiempo justo para poder ver la final entre España y Holanda, gracias de nuevo a la recepcionista y a la cocinera que tuvo la amabilidad de trasladar todas las maletas y al personal hasta arriba del Complejo donde el autobús nos esperaba.

     La vuelta fue relajada y fresquita, sobre las 19:00 h. ya estábamos en Rota, nos despedimos y corríamos para ver el partido.



Fuente de Virgen de Mar

“YA SOMOS CAMPEONES”