La primavera oficial entro en Andalucía hacía menos de una semana, aunque para alguno el verdadero cambio no comienza hasta que se modifica la hora, efectivamente más de uno se había quedado dormido debido a este cambio, que tuvo lugar en la madruga del domingo y que propicio salir un poco más tarde.
Nos dirigíamos a La Muela, una pequeña aldea enclavada a los pies del Valle de la Vibora, cuyo origen data de 1601, cuando fue fundado el Convento de las Carmelitas del Juncal, hoy prácticamente en ruinas, solo queda algunos vestigios.
Con una hora menos de sueños y con un día inmejorable pusimos rumbo a Algodonales, después de desayunar en el cruce de Zahara de la Sierra subimos a la pedanía de La Muela.
Tras pasar la aldea y a escaso un kilómetro encontramos el panel informativo que nos conduce al Área Recreativa de La Muela, la zona nos da una buena perspectiva de la Sierra de Lijar, denominada por los aldeanos como “Mogote”.
La Sierra de Lijar se encuentra al noroeste de la provincia de Cádiz, marca el límite entre la campiña occidental de la depresión Bética y el Parque Natural de Grazalema, siendo esta abrazada por los ríos Guadalete y Guadalporcún, en su interior fluyen varios cursos subterráneos, que en forma de fuentes hacen un total de doce.
Frente a nosotros el Tajo de Cueva Morena, tras subir un par de kilómetros por pista llegamos a la pérgola del comienzo del sendero, el itinerario transcurre por la cara norte de la Sierra de Lijar, subíamos por la parte sombría, disfrutamos del atractivo paisajístico que el Valle de la Víbora nos ofrecía.
Las Chicas de Oro, bienvenidas Rosa y Elena, nos agrada mucho teneros entre nosotros.
El Grupo Escoba
A pocos metros del comienzo nos cruzamos literalmente con el primer canchal, esté de una extraordinaria belleza, los cantos rodados desciende por la ladera construyendo un enorme río rocoso, entre árboles con forma fabulosamente increíble avanzábamos, junto a la pared vertical de la sierra comenzamos a subir de forma relajada.
Pedro nuestro pequeño senderista, que hoy se sentia solo sin su amiga Ellen.
Después de atravesar una cancela cambiamos el sotobosque por vegetación de menor porte, la primavera nos dabas sus primeros frutos, durante el trayecto observábamos las extrañas figuras que por una razón u otra había tomado las rocas debido a la erosión de los año, algunas nos recordaba a los “Moais”, figuras existentes en la Isla de Pascua en Chile.
Floreciendo la Peonia Coriacea - Rosa Maldita
Anemone Palmata - Hierba Centella o Luz Dorada
Jara Cerval - Cistus Populifolius
Durillo - Viburnun Tinus
El abismo
Caminamos por la ladera de la sierra disfrutando de la gran variedad de plantas existente en la zona, predomina los quejigos y las encinas, más adelante un pequeño bosque de pinos nos da la bienvenida, la zona presenta indicios de tala y desbroce, el sendero ha sido rehabilitado recientemente, además tuvimos la oportunidad de ver algunos ejemplares aislados de pinsapos.
Cistu Albidus - Jara Blanca
Teucrium Fruticans - Olivilla
Linaria Platycalyx - Endemica de Grazalema
Leche de Pajaro - Ornithogalum Umbellatum
El sendero serpentea por la ladera de la sierra pronto llegamos a los 800 m. de altitud, la bandera de Andalucía ondea al cielo, tras conquistar la cota continuamos hacia el segundo canchal.
Pedro fue el primero en llegar.
Como la siente
Nuestra encantadora Melissa que también se atrevió a subir.
El grupo de avanzadilla esperaba en este punto hasta que el resto de participantes llegaban, desde que tomamos altitud ya gozábamos de la figura inconfundible del Peñón de Zaframagón, más hacia oriente el Peñón de Algamitas, el alto del Terril y la Sierra de Tablón.
Atrás dejábamos la pedanía de La Muela, la Sierra de Morón y San Pablo mientras los majestuosos buitres leonados del grandioso escarpe calizo de Zaframagón aprovechaban las corrientes de aire caliente de la garganta para deleitarnos con sus impresionantes vuelos.
Superamos la última pendiente sin dificultad, esta acondicionada con barandilla y la pendiente ha sido suavizada mediantes travesaños de madera, a nuestro paso descubríamos algunas vetas de cuarzo ahumado mientras llegábamos a la espesura de la flora existente, a través de aulagas, lentiscos, jara, madroños, durillo y enebros llegamos al cruce de Los Nacimientos.
A poco más de 100 m. ya estábamos en el Mirador de la Víbora, punto final de nuestra jornada, tras el descanso del bocata y después de la hermosa panorámica desde el mirador regresamos por el camino ya andado.
Orchi Olbiensis - Satirón Manchado
Cantueso - Lavandula Stoechas
Peonia Coriacea - Rosa Maldita o Amapola de Grazalema
Escalador en el Mogote
Mariposa Arlequín - Zerynthia Rumina
Agradecer a todos/as la estupenda jornada que tuvimos ese día,
y a los compañeros Seve y Antonio por las fotos, nos vemos en la montaña.