23 de marzo de 2012

Güejar Sierra


Nos dirigíamos a los pies de Sierra Nevada, concretamente al término municipal de Güéjar Sierra, una tranquila Villa en la Vega de Granada.



Tras unas cuantas horas de viaje entrabamos al pueblo, lo divertido y curioso fue que con escolta municipal llegamos al Hotel Juan Francisco, un ambiente encantador y estilo andaluz rodeaba las instalaciones.


Después del copioso almuerzo típico de la zona visitábamos Granada, la ciudad de la Alhambra, capital de la Andalucía oriental, mora y cristiana, barroca y romántica, su riqueza artística constituye el más emblemático ejemplo de la historia  musulmana, último baluarte del Islam en España.




Atravesábamos la Puerta de Elvira para llegar a una de las calles más antigua de la ciudad conocida como la Cuesta del Darro junto al río del mismo nombre nos llevo hasta el Barrio del Albaicín (Barrios de los halconeros), y tras disfrutar de la esencia musulmana en una peculiar y tradicional tetería llegamos al Mirador de San Nicolás, uno de los sitios más bellos y extraordinario de la ciudad, desde donde la panorámica de la Alhambra es espectacular, cuando el sol brilla se reflejan los rayos sobre las piedras del Calat Al-Hamra (Castillo Rojo), sin embargo hoy el cielo andaba entordado, pero las imágenes eran igual de bellas.




Retornamos siguiendo los pocos indicios que quedaban de las Murallas del Albaicín,  con siglos de historias de reyes y villanos, pronto estábamos en el Monasterios de los Capuchinos justo en la Plaza del Triunfo donde nos recogería de nuevo el autobús.

Sábado por la mañana y tras el desayuno nuestros guías Manuel Y Marga nos conduciría por la vereda del El Castillejo, saliendo  del pueblo tomamos la carretera que va a la Central Eléctrica en la Cola del Pantano de Canales, después de pasar el Río Genil tomamos el carril que va a El Sotillo, ascendíamos el barranco la altitud y el terreno pedregoso hizo desistir a unos cuantos.




Por el barranco bajan multitudes de pequeños regueros de agua y la vegetación la forma principalmente pinos, nogales, higueras y hermosos cerezos e indudablemente acompañado de numerosas plantas aromáticas.







En este punto se encuentra un pequeño nacimiento-manantial de agua cristalina, esta fuente natural es conocida como Fuente del Tío Perrancano, bajo la ladera del pinar y sobre la margen derecho del Arroyo del Castillejo.



Tras cruzar el río debemos ascender por el inclinado sendero el cual nos conduce al Cerro del Chaparral o del Toro y donde se encuentra las ruinas de la antigua fortaleza árabe del El Castillejo (S. XI)  a 1.612 m. de altitud.






Desde este mirador las vistas son espectaculares: observamos la Loma de los Jarales, el Collado de las Trincheras, el Calar; al fondo Sierra Arana, el impresionante Embalse de Canales y Güejar Sierra, muy próximo a nosotros observamos un espolón, es el Pico de la Lastra (1.255 m.) y a nuestras espaldas el Cerro del Chaparral (1.558 m.) esta anclado el famoso Toro de Osborne.

San Edi crucificado





Así de bonitos florecían los almendros

Tras el descanso del bocata, en este hermoso mirador de la naturaleza, nos volvimos por los pasos ya andados, de vuelta a Güéjar Sierra, y aprovecho la ocasión para agradecer a Manuel y Marga su espíritu del buen hacer y por los valores de calidez y  sencillez que nos transmitieron, sin duda regresaremos a este maravilloso lugar. Por la tarde se dio tiempo libre para visitar la Villa.






Domingo tocaba retornar a nuestra pueblo, pero antes visitaríamos El Centro del Visitante “El Dornajo”, una forma diferente de conocer el Espacio Natural, un viaje histórico conociendo el patrimonio natural y cultural de la comarca.





Ahora tocaba subir a la Estación de Esquís Pradollano, justo en el corazón de Sierra Nevada a los pies del Veleta, el intenso calor de días anteriores hizo que parte de la nieve desapareciera, en la estación permanecía algo por los cañones artificiales, al autobús no le estaba permitido subir más allá de la zona en cuestión, de nuevo tiempo libre para disfrutar de la nieve.





Acabada la visita, acabada las vacaciones de fin de semana, parada en carretera para almorzar y regreso a casa.

Caminos que perduran en la retina, cuerpos cansados y piernas temblorosas, una paleta de colores de pintores inolvidables, horizontes lejanos y latidos entrecortados, recompensa ….. literatura sabia de compañerismo y amistad.

Hasta pronto compañeros.