22 de diciembre de 2012

Convivencia Navidad 2012

 
 
CONVIVENCIA DE NAVIDAD 2012
 
 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Nuestro agradecimiento a nuestro compañero Severiano Real Caballero por las fotografías cedidas.
 
Feliz Año Nuevo 2013
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

8 de diciembre de 2012

Arroyo de Alhajar




 
El Pinar del Rey es un Parque Suburbano de 338 hectáreas, situado en el centro del Campo de Gibraltar, ubicado justo detrás de la colina donde se enclava San Roque, es un vergel natural del que se puede gozar en cualquier momento.
 
 

Este Parque Natural data de 1800 cuando la Marina española plantó árboles para suministra madera para los barcos de guerra.

 
 
En aquella época España todavía era la primera potencia naval del mundo, pero tras la batalla trafalgar en 1805, perdió esa supremacía, el monarca Fernando IV fue quien cedió el monte donde se encuentra el Pinar de la ciudad de Gibraltar en 1310.

 
 
El Parque se divide en dos partes principales, la zona sur con más influencia y la parte norte, más salvaje y donde está prohibido el uso de vehículos.

 
 
La zona sur comprende la zona recreativa con infraestructuras de picnic, el Arroyo Alhajar y el Aula de Naturaleza, el aula está gestionado por el Ayuntamiento San Roque, cuenta con un punto de información y jardín botánico, y ha sido galardonada con la bandera azul, al igual que las playas saroqueñas de Torreguadiaro y Cala Sardina, por otro lado, la zona norte incluye, el Tajo del Pajarraco y el Cerro del Águila.

 
 
La Fuente del Alhajar se encuentra justo en la entrada del Parque, la fuente es pública muy popular entre los residentes, la calidad del agua es excepcional.

 
 
RUINA DE CARTEIA
 
El enclave arqueológico de Carteia data del S. VII a.C., incluye restos de la época fenicia, cartaginés, romana, visigoda, bizantina, árabe y cristiana.

 
 
 
 
 
Esta antigua ciudad fue la más importante en el Campo de Gibraltar y se convirtió en la primera colonia latina fuera de Italia en 171 a. C.

 
 
En el término municipal de San Roque, en el interior de la Bahía de Algeciras, ocupando un emplazamiento perfecto desde el punto de vista estratégico, junto al Peñón de Gibraltar, en relación a las rutas comerciales que se aventuraban desde el humanizado Mar Mediterráneo al desconocido mar exterior (Oceáno Atlántico), en una ensenada que permitía el amparo de una flota; se encuentran los restos de una importante ciudad que adquirió un protagonismo relevante en determinadas etapas de la Antigüedad, sobre todo bajo los primeros momentos de la supremacía de Roma.

 
 
Hay que remontarse a los siglos VII y VI a.C. para encontrar los vestigios de lo que fue un asentamiento fenicio próximo a la desembocadura del río Guadarranque, situado en una pequeña elevación del terreno, conocida como Cerro del Prado o Carteia la Vieja.

 
 
 
 
 


Cuando en el s. IV a.C. los herederos del emporio comercial fenicio, los púnicos de Cartago, hacen acto de presencia en la zona, deciden reubicar este punto, excelentemente bien situado en relación con el control marítimo del Estrecho, algo más hacia la costa, donde las condiciones del terreno permitiesen una mayor ampliación de sus instalaciones y es
a ellos a los que debemos la fundación propiamente dicha de la ciudad de Carteia que conserva en su nombre el recuerdo de su origen a través del radical fenicio qart.


 

Poco después surge el enfrentamiento entre cartagineses y romanos, las conocidas Guerras Púnicas que finalizarán con la hegemonía de Roma sobre un vasto territorio que irá configurándose como uno de los grandes hitos en la historia de la
Humanidad bajo la época imperial.

 
 
Carteia, aunque púnica, no opuso demasiada resistencia a la presencia romana y ésta, una vez calibradas las posibilidades del enclave, apuesta decididamente por la ciudad, construyendo un recinto amurallado de unas 27 hectáreas de superficie y dotándola de los edificios y servicios necesarios.

 
 
 
 

Indudablemente se trata de una ciudad en la que el mestizaje entre
elementos feno-púnicos, turdetanos y romanos es notorio. Y será esta población medio romana la que demande al Senado una solución en relación a legalizar su situación ya que Roma no reconoce matrimonios mixtos ni los hijos habidos de ellos. Según Tito Livio, en el año 171 a.C., Carteia recibe un auténtico espaldarazo como ciudad elegida por Roma concediéndole el título de Colonia Libertinorum Carteia, convirtiéndose en la primera colonia latina fuera de Italia.


 
 
La ciudad cobró protagonismo en la guerra civil de finales del período republicano entre César y Pompeyo el Grande a través del apoyo prestado por las élites locales al bando pompeyano y sirviendo de refugio a sus hijos Sexto y Cneo que se reorganizan desde la base de Carteia.


 
 
A este indudable papel relevante de Carteia en los primeros tiempos de la presencia romana en la península, hay que añadir una larga historia como ciudad y enclave comercial y militar a la que no fueron ajenos otros pueblos y culturas. De esta forma, nos encontramos con diversos tipos de hábitat en la Antigüedad Tardía y los inicios de la Edad media, así como las necrópolis de época visigoda alrededor del templo romano y los restos que podemos adscribir a la presencia bizantina en el denodado intento de recuperar el imperio romano de occidente iniciado por Justiniano I.


 
 
Posteriormente, las fuentes islámicas hacen referencia a Qartayanna relacionándola con diferentes episodios en los momentos de la conquista musulmana y la configuración de al-Andalus.El nombre lo conserva un pequeño castillo situado en la zona más elevada del yacimiento, a pocos metros de las murallas romanas de las que utiliza materiales en su construcción. Esta fortificación, conocida en la actualidad como Torre Cartagena será escenario de los enfrentamientos entre las tropas cristianas y musulmanas desde el s. XIII con la intervención de efectivos meriníes que se asientan en la vecina Algeciras y que prestan apoyo a los nazaríes granadinos.


 
 
La ciudad, sin embargo, se convierte en un solar donde el abandono hace mella en sus notables edificios y este sentimiento de desamparo será recogido por la mayor parte de los investigadores, historiadores, estudiosos y viajeros a lo largo de siglos hasta que, acuciada por la instalación de las industrias a finales de los años sesenta, se consigue salvar el perímetro urbano de Carteia, no ocurriendo lo mismo con sus necrópolis, los accesos, las industrias, etc. que un día configuraron su territorio.



 

A lo largo de la visita se podrá contemplar una puerta de entrada a la ciudad de época púnica; los accesos a la zona de la ciudad antigua, posible foro, a través de una monumental escalinata en arenisca; los restos de un templo de grandes dimensiones y sus originales restos ornamentales, varias domus, un extenso y completo complejo termal; restos de la muralla y la Torre del Rocadillo, baluarte de vigilancia construido a finales del s. XVI. Podremos deambular por los restos de sus calles, observar la topografía y extensión de la ciudad, en la que no falta un gran teatro de época augústea –si bien en estos momentos queda fuera del circuito de visitas- acompañados de una guía que pormenoriza todos los detalles tanto históricos como artísticos de Carteia. Todas las visitas son guiadas, ofreciéndose las mismas en español, inglés, alemán o francés y tienen una duración aproximada de 50 minutos.

Para completar el acercamiento a la historia y la vida cotidiana en Carteia a lo largo de las civilizaciones que en ella han dejado impresa su huella y que son el compendio del acervo cultural de la realidad histórica que conocemos como Andalucía, sugerimos la visita a la sala Carteia del Museo Municipal, ubicado en la calle San Felipe, en San Roque, del que tan sólo dista el yacimiento unos 5 km.
 
 



 
 
 
 
 



 



 
 
 



El



 

 

 

 

 





 

24 de noviembre de 2012

Cueva de los Maquis

 

 
 

El sendero se localiza en el Cerro de Risco Blanco, zona conocida como “La Almoraima”, Parque Natural de los Alcornocales, término municipal de Castellar de la Frontera.

 
 
 
 
 
La ruta comienza en la Venta de La Jarandilla, situada en el valle del río Guadarranque, desde aquí cruzaremos el puente del río Jarandilla que esta a nuestra derecha, ascenderemos por la calzada hasta la primera bifurcación, seguimos por nuestra derecha hasta encontrarnos una cancela, siempre está cerrada pero nos permite el paso por su lateral.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Continuamos avanzando hasta la siguiente bifurcación, mantenemos la derecha cambiando de asfalto a camino de zahorra, a nuestras espaldas la presencia constante del Castillo de Castellar, su contorno medieval es inconfundible, también tenemos una estupenda panorámica de la bahía.

 
 
 
 
 
A media altura del carril nos desviamos introduciéndonos en el alcornocal, el punto de ascensión es la charca erizada de juncos, caminamos por la Finca de la Almoraima perteneciente a la familia de Ruiz-Mateos, hoy día es propiedad estatal y la gestiona el Organismo Autónomo de Parques Nacionales.

 
 

 
Rodeamos la charca y en dirección norte al encuentro de un claro donde una pequeña edificación encalada nos da la pista para tomar el sendero, zizaguenado un poco llegaremos a los riscos blancos de los Bazanes, donde podemos observar la erosión de la roca arenisca, aflorando esqueletos de otras épocas, aquí hay que buscar el acceso al pequeño alcornocal.
 
 
Una vez allí ya observaremos las oquedades y sin ninguna duda identificaremos la laja donde está la conocida Cueva de los Maquis, para acceder a ella hay que atravesar un espeso brezal, desde aquí las vistas son de 360º, esta cueva conserva algunas pinturas rupestre, que sobreviven a las clemencias del tiempo y del hombre, pertenece al denominado arte rupestre, concepto que engloba las pinturas realizadas en las provincias de Cádiz y Málaga entre el 2.500  y 20.000 a.c.

 
 
 
 
 
 

 
Ahora situémonos en el año 1936, cuando un grupo de guerrilleros de la Resistencia Española, movimiento antifascista, denominados los Maquis se refugiaban en los montes escapando de la Benemérita, durante la Guerra Civil, al estadillo de la Segunda Guerra Civil muchos de los excombatientes republicanos permanecían en Francia, y se incorporaron a la Resistencia Francesa, a partir de 1944 se retiro el ejército alemán,  algunos reorientaron su lucha hacia España, pese al fracaso de la invasión del Valle de Aran  consiguieron progresar hacia el interior y enlazar con las partidas que habían permanecido en el monte hasta 1939.

 
 
 
 
El máximo apogeo fue entre 1945-1947, a partir de aquí se intensifico la represión franquista, que poco a poco fue terminando con las partidas, en 1952 se procede a la evacuación del último contigente de importancia, el final de los Maquis lo marca las muertes de Ramón Vila en 1963 y José Castro en 1965.

 

 
 
Es curioso pensar que un lugar tan apartado haya servido de refugio, pero las inscripciones cinceladas lo demuestran, como “Viva el comunismo 1936”, “Viva la revolución” o “Viva Azaña”.
 
 
 
 
 
 
Una vez hagamos el descaso que nos merecemos continuamos, en esta ocasión nos toca descender, atravesando el alcornocal dirección la presa llegamos de nuevo a la carretera, solo hay que seguirla hasta la Venta la Jarandilla.