6 de agosto de 2011

Kayak en Sancti Petri

     En la temporada estival el intenso calor nos hace buscar alternativas para realizar actividades, en esta ocasión nos hemos trasladado al antiguo Poblado de Sancti Petri, en el término municipal de Chiclana, para practicar kayak.

     Un hermoso paraje rodeado de mar y marisma, junto a la Playa de la Barrosa y con un hermoso panorama del Castillo de Sancti Petri.

     Después de desayunado continuamos  hasta el Centro de Turismo Náutico Sancti Petri Kayak, nuestro compañero Eduardo Quijano Sánchez, gerente de esta empresa ya nos esperaba, tras unas breves instrucciones y después de colocarnos los chalecos, echamos los kayaks al agua.







     Nuestro chico forzudo,  Thomas que ayudo a Melissa a gozar de un día de kayak, gracias compañero por tan noble detalle.


     La encantadora Melissa, ella si que disfruto como una enana, su primera vez y no será la última.



     Ya andábamos riéndonos con el caos que se formó en la orilla del embarcadero, tomamos rumbo a los esteros, ya que la marea aún estaba alta y el rompiente del mar andaba embravecido para ir al castillo, dimos por sentado que en esta ocasión nos perderíamos ese paseo.


     La super abuela, menuda paliza se dio para darle el capricho a su nieta Helena, enhorabuena campeona.



     Salíamos de la bocana del puerto para introducirnos en  las marismas, hoy nos une la pasión por disfrutar de lo que la vida nos da, adentrándonos en la naturaleza cada vez más asediada por la humanidad, disfrutamos del tesoro que este hermoso paraje nos ofrecía.






La foto de grupo, hoy una pincelada marina.

     Un brillante cielo azul, una suave brisa y el susurro de las olas, fantasmas de casas y barcos que emergen, relatando historias pasadas, quien pudiera pillar el libro de bitácora de cada uno de ellos, seguro que tendríamos muchas tardes entretenidas.




      En fin, luchando con las corrientes seguíamos nuestra ruta, con alguna que otra anécdota divertida.




     Un espacio con enorme formación de humedales salados, posee una gran biodiversidad, tanto de fauna como de aves, especies marinas y vegetación halófita.





     Nuestro ángel de la guarda por si pasaba algo y las reinas del castillo, las que no querían remar, alguna que otra anda escondida para no salir en la foto.







Yo también salgo, jajajaja.

     Un par de horas de paseo nos volvió al puerto pesquero, ahora nos tocaba disfrutar de las hermosas playas, de los amigos y de los esquicitos platos marineros.



     Una encantadora posta, “ahora abuela yo me quiero bañar en el mar”.

     Pedazo bocata les preparo las niñas, gracias por vuestra simpatía, nos volveremos a ver.

Felices vacaciones.