23 de octubre de 2010

Sierra de Lagarín

     Hoy hemos elegido el magnífico entorno natural de El Gastor,  conocido como “El Balcón de los Pueblos Blancos”, debido no sólo a la blancura de sus calles, sino también porque desde su punto más alto se pueden contemplar vistas increíbles de los municipios colindantes, hablamos de la Sierra de Lagarín.


Sierra de Lagarín

      Después de desayunar en el cruce de Zahara de la Sierra continuamos hasta El Gastor, desde esta situación ya disfrutábamos de la magnífica silueta de la Sierra de Lagarín, conocida por los lugareños como "Las Tetas de la Ramona".



     El autobús nos dejó en la entrada del pueblo junto al sendero que sube hacia la zona del pinar, desde este momento ya comenzamos ascendiendo, de echo la ruta fue dividida en dos etapas, la primera llegó hasta el Dolmen de Charcón y la segunda hasta el punto geodésico de Lagarín.


     Este hermoso bosque estuvo primitivamente poblado por encinas, luego a consecuencia de la labor de los carboneros y de la necesidad de la obtención de campos para el cultivo de cereales hicieron que los resultados fueran lamentablemente graves para las laderas de la montaña, ocasionando problemas de erosión en los meses de fuertes lluvias, por este motivo toda esta zona fue repoblada por pinos y pequeñas encinas que volvieron a ocupar los terrenos que nunca debieron de perderse.

 

      Mientras ascendíamos dejábamos atrás el Área Recreativa de La Ladera, los compuestos de hierro daban tono bermejo a la campiña gastoreña que nos cautivaba, sus casas blancas, sus calles empinadas y su arquitectura tradicional hacen que este pueblo tenga un especial encanto, a nuestra espalda quedaba la espadaña de la Iglesia de San José.


     Seguíamos avanzando cuando llegábamos al panel indicativo del comienzo del sendero, unos 300 m. de pista inclinada de cemento nos dejaba sin respiración a través de un denso pinar, poco después dejábamos el hormigón para continuar por camino de zahorra, entre almendros secos y hermosas hierbas de Santiago íbamos tomando altura.





     Dirigiendo nuestros pasos hacia la chopera e instantes antes de entrar por la cancela una piara de cerdos ibéricos nos sorprendía, una buena ocasión para constatar la pervivencia y la importancia del sistema de ganadería extensiva que existe en la comarca, donde el ganado obtiene parte de su alimento del modo tradicional, desde hace cientos de años en equilibrio armónico con la naturaleza, pero estos andaban rebuscando las hermosas bellota que las enormes encinas les daba.


Encina - Quercus Ilex


Peñón de Zaframagón

     Media hora más tarde ya alcanzábamos el abrevadero del Cortijo del Charcón, ocasión que aprovechamos para realizar un descanso, lo  poco que queda de las instalaciones es utilizado actualmente como establo para el ganado, las hermosas azucenas amarilla adornaban la entrada del complejo.




Azucena amarilla, Afrafran Dorado - Sternbergia Lutea

Detalles de la flor


    


      Levantando la vista observábamos ya el porte de la enorme encina que nos indicaría la situación de la Tumba del Gigante, siguiendo un camino limitado por piedras llegamos hasta él, el aroma del tomillo o del hinojo impregnaba el ambiente y las flores lilas de las mandrágoras salpicaba los bordes del camino.

Hinojo - Foeniculum Vulgare

Mandragora  - Mandragora Autumnalis

     Las raíces de esta especie han sido usadas durante la historia en rituales y hechizos, hoy en día las religiones paganas siguen haciéndolo.




    
     Tumba antropomórfica de galería, con más de seis mil años de antigüedad, de unos 9 m. de largo y 2 m. de ancho, construida a base de enormes piedras verticales de calizas, algunas de considerable tamaño, conserva muy bien tres piedras de cubierta, en ella se encontraron cuencos de cerámicas, puntas de flechas y cuchillos de sílex, los cuales determinaron de que hablábamos del periodo Calcolítico o Edad de Cobre.

Los buitres sobrevolaban nuestras cabezas

Antes de que el grupo se dividiera, mogollón de gente

     Tras nuestra visita al Dolmen del Charcón regresamos sobre nuestros pasos hasta el cortijo, aquí parte del grupo bajaría a El Gastor para visitar la Villa, el resto nos enfrentamos a la pedregosa subida del Lagarín, aprovechamos la ocasión para hacer la foto del grupo.


     Tomamos la pista que sube con paso firme para evitar las caídas, ascendíamos entre aulagas, marrubios y pies de acebuches, alcanzábamos altura para llegar a la alambrada de la ladera que separa la Granja de Lagarín, siguiendo la linde llegamos al sitio donde sorteamos el alambre de espino para seguir subiendo.




     El terreno rocoso nos hacía extremar la precaución, pero minutos después conquistábamos la cima, un par de compañeros disputaban el ascenso, pero como era de esperar el tozudo Gilberto llego antes, como las cabras tomo el punto geodésico.

Aquí está, regodeandose de su victoria





Los que llegamos

     El día acompañaba, así que girando 360º pudimos disfrutar de la panorámica que la Sierra de Lagarín nos ofrecía.

La Granja

Algodonales

Embalse de Zahara

El Gastor
     Después del merecido descanso, regresamos por el camino ya andado, con sumo cuidado fuimos descendiendo el primer tramo pedregoso de la ladera del Lagarín, algunos utilizaron las posaderas para bajar, mejor que caer de bruces.




     Los que se quedaron por el camino mientras ascendíamos, nuestra compañera Anne por solidaridad hacia ellos decidió acompañarlos, gracias amiga por tu comprensión.


     Mantis Religiosa o Santateresa, curioso ejemplar de color plateado, lo encontramos en el camino de bajada, con sumo cuidado lo apartamos para no pisarlo y como curiosidad os comento que es el único animal conocido que cuenta con un único oído y lo tiene localizado en el tórax.


Haciendo el ganso


     Como anécdota, preguntaba unos de los participantes si esto era también un Dolmen, pues si le contestamos, este es el Dolmen del Descanso y el que dejamos arriba en la montaña era el Dolmen del Retiro, reímos la gracia y continuamos descendiendo. 

    

     De nuevo atravesamos el pinar para entrar en El Gastor, sus encantadoras calles nos daba paso para llegar a la plaza del Ayuntamiento, poco después nos reuníamos con el resto del grupo.

Isidro El Pregonero

     El oficio de pregonero es tan remoto como curioso, su misión consistía en divulgar una noticia mediante el pregón, en voz alta, lentamente, en puntos estratégicos de las calles y plazas gastoreñas.

     En el Parche existía una cueva donde Isidro habitaba, era un hombre sencillo y humilde, sorprendía a los vecinos del pueblo por su rapidez, ya que recorría un sin fin de kilómetros a pie en escaso tiempo.

     El Gastor rindió homenaje a este personaje dando su nombre a una de las plazas del pueblo, situada en el Parche, pues siendo un hombre que sin saber leer ni escribir supo cumplir el honrado papel que ejercía su oficio de "recadero y pregonero".




     Coincidencia o no la calle de Algarín como también se conoce esta Sierra nos daba la despedida de la Villa del Gastor.








3 comentarios:

  1. Que bonita es esta blog y como estupenda La Andalucia que nos muestra este grupo de amigos del Senderismo!!

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  2. El comienzo de temporada fue inmejorable. Un día estupendo en una tierra que nunca deja de sorprendernos por su hermosura.

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  3. Que bien se os ve, anda que no os lo pasais bien ni "na". besos a todos.

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