4 de diciembre de 2010

Benaocaz-Navazo Alto-Villaluenga del Rosario

     Habíamos estados durante toda esta semana pendientes de las predicciones meteorológicas, las lluvias persistían y no habían sido favorable hasta el último momento, una despejada y maravillosa mañana nos ponía de nuevo en ruta y nos permitía realizar la propuesta que semana antes habíamos cancelado.

     El puente de la Inmaculada iba congregando a la gente en las hermosas Sierras de nuestra Andalucía, después de desayunar en El Bosque pusimos rumbo a Benaocaz, en esta ocasión el sendero a realizar sería un descubrimiento para algunos, ya que esta vez la dificultad era media-alta, debíamos conquistar la cima del Navazo Alto, alcanzaríamos los 1395 m.


    Partimos desde un rincón singular, la Villa de Benaocaz, a los pies de la Sierra del Caillo en pleno Parque Natural de Grazalema, esta localidad posee la herencia de una fisonomía musulmana, hoy en día sigue conservando vestigios de la época nazarí en el Barrio Alto.

     Hace unas tres semanas los monitores estuvimos revisando la ruta, para comprobar si cabría la posibilidad de dividirla en dos etapas, la primera sería para los menos entrenados y la segunda para los que si creen tener posibilidad de terminarla.

     El día de la inspección coincidimos en el punto geodésico del Navazo con otro grupo de senderistas, estos del Club Tritón de Prado del Rey, dirigido por Juan Carlos Huercano, los amigos aprovecharon las presentaciones para hacer la rima consonante del apellido en cuestión, también había un chistoso en su grupo, simpático por cierto, Alfonso de Almería, Rafa de Genalguacil, Anca y Andrea de la Coripe Francesa.


     Poco después ellos nos adelantaron terreno, su idea era realizar un circuito hasta Ubrique, coincidimos de nuevo en el Bar y en la fábrica de queso de Villaluenga, aprovecho la ocasión para agradecer a Juan Carlos la invitación al vino tinto ofrecido, como buenos senderista los momentos compartidos fueron muy positivos.


      Bueno siguiendo con lo nuestro, el autobús nos dejó a las puertas de la encantadora Villa, callejeamos hacia la parte alta del pueblo, en dirección este pasando por delante del Ayuntamiento y de la Fuente de los Cuatro Caños, esta manaba torrencialmente, hasta tal punto que la fuerza hacia que el arco de agua llegara a la mitad de la calle, una espectacularidad impresionante, si hubiese sido verano más de uno hubiese ido de cabeza al chorro, pero las bajas temperatura nos tenía estupefactos, después de avisar a los que deseaban tomar la delantera subimos una empinada cuesta pasando el antiguo Puente de la Trampilla.



     Este es uno de los numerosos puentes existentes en la zona y que aún se mantiene en pie, nos muestra como era su fabricación constructiva, que consistía en el tradicional mampuesto de piedra caliza, material que abundaba en la cercana serranía.


     Al poco estábamos en la cancela junto a una garita donde comenzábamos el itinerario de hoy, las lluvias de los días anteriores habían dejado el terreno embarrado y resbaladizo, seguimos el carril hasta el depósito de agua para luego continuar ascendiendo por la izquierda junto al murete de piedra de las lindes parcelarias.


     Dejábamos la Ermita de Calvario a nuestra derecha sobre un pequeño otero, emprendimos la ascensión por la ladera sur de la Sierra del Caillo, este cordel se encuentra entre las localidades de Benaocaz y Villaluenga del Rosario, ya desde el punto de partida algún que otro participante admiraba la belleza del enorme macizo y se preguntaba cómo íbamos a flanquear la inexpugnable pared.



     La erosión de la climatología ha formado poderos escarpes en los farallones de la soberbia roca desnuda, un sinfín de oquedades y derrumbamientos han modelado espectaculares estructuras que miran al cielo, en el interior de la sierra se hallan pequeños valles conocido popularmente como navazos, su disposición es de cuenca final que actúan como receptor de aguas, estas desaparecen por los sumideros o caos.


     Subíamos utilizando en principio la vereda que origina el ganado vacuno en el trasiego diario, la pendiente va elevándose junto a una alambrada que acabamos atravesando un poco más arriba, el muérdago se apoderaba de los desprotegidos árboles, el frío y el viento cortaba nuestra piel, al poco andábamos como los esquimales, tapados hasta las cejas.



     Ahora en este punto de la alambrada dirigíamos nuestro pasos hacia la pared del cordal montañoso buscando los comederos metálicos de un corral pequeño, justo ahí empieza un tramos de calzada que poco después se convierte en sendero pedregoso zigzagueante hasta alcanzar el collado en forma de “U” existente en el paredón de la Sierra del Caillo.


      Ya en este punto los que íbamos los primeros divisamos a los compañeros subiendo como hormiguitas por la ladera montañosa, unos cuantos persistieron más abajo regresando a Benaocaz, pero los demás nos apretamos los machos como dicen en mi pueblo y continuamos avanzando.




     Después de atravesar la endeble angarilla la zona se presenta con escasa vegetación, pero los pastos de un hermoso valle verde nos sorprendía, este se presentaba salpicado de encinas y quejigos, los majuelos y algún que otro endrino desnudo nos obsequiaba con sus deliciosos frutos.


Endrino - Prumus Spinosa

Majuelo - Espino Albar


     Ya divisábamos la antesala del Navazo Alto, bajamos la dolina para seguir ascendiendo paralelo al cauce seco de alguna anterior correntía, observando en la zona que el agua había dejado al descubierto la arcilla roja de estas tierras.




     El jadear de la ascensión nos hacía parar de vez en cuando, la panorámica desde aquí amigos y amigas ya era espectacular, a nuestra espalda dejábamos Ubrique y Benaocaz, la Sierra Alta y el Castillo de Aznamara, la Sierra de la Silla y el Valle de Fardela, hacía el norte aparecían la Sierra del Pinar con El Torreón y el San Cristóbal, hacia el noreste las casi gemelas cumbres del Simancón y El Reloj auténticas atalayas de la Sierra del Endrinal.




     Después del descanso afrontamos la última subida, sorteando la pedrera llegamos hasta el Cao del Navazo, este sumidero fue localizado por CES ESCARPE en 1991, a la derecha del mismo localizamos el sendero de acusada inclinación que nos llevó a la Cima.

Higuerón - Sierra de la Silla


Caos del Navazo Alto


    Nuestro benjamín Pedro fue el primero en conquistar la cumbre, enhorabuena mi pequeño senderista, tras él el resto del grupo, el fuerte viento y las bajas temperaturas hicieron breves los momentos de la conquista, no sin antes disfrutar de las maravillosas vistas que la altura nos brindaba, hacía el noreste divisábamos la Serranía de Ronda y las cubres de la Sierra de las Nieves, que haciendo honor a su nombre ya estaban teñidas de blanco, hacía el oeste incluso apreciábamos en el horizonte los aerogeneradores del Puerto de Santa María, increíble, sin embargo hacía el Sur el nuevo frente borrascoso que se avecinaba no nos permitió divisar el Peñón de Gibraltar.





     Minutos después bajábamos por el otro lado hasta la dolina para localizar un lugar protegido de la adversa climatología donde el sol calentara un poco nuestros huesos, al poco parábamos a comernos el bocadillo, momentos relajados y divertidos, como de confortable nos cayó el caldito calentito que nuestra amiga Lola llevaba, gracia compañera.

Sierra de las Nieves

Simancón y Reloj

San Cristóbal

      Poco después de las dos de la tarde comenzamos a descender dirección Villaluenga del Rosario, al poco estábamos en el Puerto del Ahorcado, una vez allí el sendero se bifurca, nosotros tomamos el itinerario de la derecha, la bajada era bastante pronunciada y las rocas sueltas nos hacía extremar las precauciones, admirábamos entonces el vuelo majestuoso de los buitres leonados que aprovechan la corriente caliente de aire de la manga cuando el sendero se convirtió en saliente.




     Esta parte de la ruta nos ofreció también vistas maravillosas hacia la Sierra de Libar, Sierra Peralta y los Llanos del Republicano, continuábamos rodeando los farellones cuándo ante nosotros aparecía la Manga del Villaluenga del Rosario.



     Un largo paso, estrecho y profundo, cuya morfología kártica ha originado un sinfín de cavidades sobre sus laderas, única vía y área fronteriza entre la Sierra de Grazalema y la Serranía de Málaga.





Lirio - Iris Planifolia

     Continuamos descendiendo zigzagueando hasta la Cueva de la Raja, poco después estábamos en los abrevaderos bañeras del final de la ruta, la plaza de toros de la Villa nos da la bienvenida, tras visitarla seguimos bajando pasando por delante de la Ermita de San Gregorio, ésta de ornamentación sobria fue mandada a construir por la Duquesa de Aveiro en 1703, aún no hemos tenido la oportunidad de verla por dentro.




     En la explanada de la parte baja del pueblo nos esperaba el autobús, de regreso paramos en Benaocaz para recoger a los participantes que no pudieron realizar el ascenso, de nuevo en El Bosque comentábamos con ellos la hazaña superada.

Cima de Villaluenga del Rosario

Ermita de San Gregorio

     El atardecer en la montaña tiene su encanto pero un atardecer invernal después de una pequeña proeza es bastante gratificante, espero de corazón amigos y amigas que os haya gustado la propuestad de hoy, hasta la próxima, saludos a los heroicos montañeros y montañeras que siguen a diario nuestro blog.


Hasta el Fin – Un Espíritu Nómada

Apareció ante mí invencible, surgiendo de la nada,
mirándome inalcanzable con sus laderas arañadas,
la agitación jadeante de mi alma cual montañera,
arranca de mi cuerpo la indomable sonrisa moderada.

El silencio en mis oídos suena como una caracola,
esculpiendo en mi mente la silueta cincelada de la roca,
cuerpo, mente y alma donde el viento mece las hojas,
negándome a pensar, la añoranza puede y me acongoja.
                                                    
                                                     Volveré.......  Teresa.

5 comentarios:

  1. Jua jua jua, yo fui uno de los que me quede. Mientras algunos sufrian en lo alto del Navazo de frío, yo estaba tomando calentito té moruno en Benaocaz.

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  2. Por bueno que esté el té moruno no se puede comparar a las impresionantes vistas. Fue dura, hizo frío, pero mereció la pena. Feliz Navidad a todos.

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  3. De verdad merecio la pena. Muchos gracias a todos y Feliz Navidad!

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  4. Un detalle, la foto del lirio es realmente Iris planifolia o Juno planifolia, si se prefiere (no I. xiphium).

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  5. Llevas razón Anonimo. Ya lo he corregido. Gracias por tu apreciación. Un saludo

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